martes, 18 de agosto de 2015

El camino pedregoso que pretendo caminar


Muchas personas me han preguntado cuál es la razón o motivación para comenzar esta nueva etapa en mi vida dedicada al servicio público.

Es difícil explicar cuando la sensación la tiene más el cuerpo que la mente. Cuando escucho de casos de corrupción, de abuso de poder, me da un dolor de guata a la vez que se me agita el corazón y me bombean las manos por hacer algo.

Si pensara con la mente todo indicaría que me estoy metiendo en las patas de los caballos, que los políticos están todos desprestigiados, que no están los tiempos para hacer nada, que la gente no está ni ahí con la política, etc.

Pero si pienso con mi corazón, tengo la esperanza de que se recompongan las confianzas, que demos paso a una sociedad más justa, que la gente en vez de alegar entregue un granito de arena para mejorar lo que le parece mal, que no nos preocupemos de la apariencia del otro sino de sus intenciones, al final, que todos seamos un poco más felices realizando lo que cada uno vino a hacer en este mundo.

Idealista? Si, todo el rato.
Valiente? Mmmm si, puede ser. Pero sobre todo, convencida.
Convencida de que las personas podemos crear comunidad, que para ello sólo debemos tener las herramientas y los espacios para hacerlo, que si sumamos voluntades podemos crear grandes y pequeños proyectos, que las oportunidades están para tomarlas...

Desde hace mucho tiempo vengo pensando en esta decisión. Todo surgió en el terremoto del 2010 cuando a minutos del gran remezón y tras comprobar el bienestar de mi familia, mi corazón se llenó de angustia al pensar en todas aquellas personas que estaban sufriendo ya sea por pérdidas materiales o personales. No tenía a mano la opción de salir a ayudar, pero esa inquietud interior demoró mucho en retirarse. Ahí se comenzó a forjar la inquietud por servir de puente entre la gente.

Gracias a mis estudios, tuve que estudiar en profundidad el entorno donde vivo y gracias a mi trabajo pude conocer a muchas personas que trabajan día a día por sacar adelante sus familias.
Esta fue la gran oportunidad de conocer de cerca las realidades e inquietudes de la comunidad que me rodea.

Por lo mismo, me interesa mejorar, sin orden ni prioridad aún:
La seguridad de las personas y sus bienes.
La convivencia de la comunidad.
La integración de la comuna.
El transporte público.

No sé cómo será el camino, pero tengo la convicción interna que haré todo lo posible por lograr mis propósitos y que todo lo que ocurra servirá de aprendizaje. Intentaré dejar de lado las culpas porque sé que pondré todo de mí para hacerlo realidad. Lo que me vaya encontrando en el camino será parte de la historia y de este blog. Ustedes juzgarán.